19/9/08

Google en alta mar para ahorrar costes de energía

Nadie sabe a ciencia cierta de cuántos servidores dispone Google, el motor de búsqueda por excelencia en internet, para dar servicio a centenares de millones de internautas a escala planetaria. Las estimaciones sobre el número de sus servidores oscilan entre los 450.000 y un millón, cifra esta última aportada por Gartner Group, una de las consultoras más fiables en el campo de las nuevas tecnologías.


Sea cual sea dicho número, lo cierto es que los costes derivados de su funcionamiento —principalmente en consumo de energía eléctrica, aunque también en impuestos derivados de sus instalaciones— serán ingentes. Por ello, Google ha creado recientemente una división de I+D dedicada al campo de las energías renovables. Sus primeras actuaciones fueron encaminadas a las energías eólica, solar y geotérmica. Por cierto, la compañía radicada en Mountain View se ha convertido en el primer inversor privado en el desarrollo y la investigación de la energía geotérmica y sus posibles aplicaciones.

Pero Google ha abierto aún más el abanico de sus posibles salidas a la crisis energética en el campo de las renovables. Su último proyecto consiste en instalar sus «granjas de servidores» en el mar, de forma que se alimenten de energía eléctrica de origen marino, bien undimotriz, producida por el movimiento de las olas, o bien mareomotriz, generada por las mareas.

El proyecto, con un año y medio de andadura, ha sido liderado por Jimmy Clidaras, David W. Stiver y William Hamburgen, ingenieros procedentes, respectivamente, de los centros de investigación californianos de Los Altos, Santa Clara y Palo Alto. El 26 de febrero de 2007 depositaron su idea, con todo lujo de precisiones, en la Oficina de Patentes estadounidense. Pues bien, hace apenas tres semanas, el pasado 28 de agosto y una vez transcurridos los plazos preceptivos, la US Patent & Trademark Office hacía pública la concesión de la patente a nombre de Google Inc., domiciliada en Mountain View, California.

La idea es emplazar en el mar, en lugares por determinar y a un mínimo de 11 kilómetros de las costas, unas plataformas flotantes sobre las que instalar esas «granjas de servidores», es decir, un elevado número de ordenadores para dar servicio al más potente de los motores de búsqueda —Google—.

Dichas plataformas flotantes dispondrán de un generador de energía eléctrica que aproveche las olas o las mareas y abastezca de fluido al enjambre de ordenadores. Además, el proyecto contempla que la propia agua de mar sea utilizada por medio de un sistema de bombeo para refrigerar la «granja de servidores», ya que las necesidades de refrigeración representan un alto porcentaje de la energía consumida.

La tecnología para la instalación y explotación de este tipo de plataformas dotadas de plantas de energía undimotriz y mareomotriz han sido desarrolladas por la empresa escocesa Pelamis, que las comercializa como plantas eléctricas.

Este proyecto de Google viene impulsado por los ingentes gastos de la compañía en energía eléctrica, y por la necesidad de ampliar continuamente su parque de servidores para dar cobertura a cada vez más ordenadores en el mundo, a un ritmo de crecimiento anual que supera el 16 por ciento.
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