Los efectos del ruido causaron 36 bajas laborales en Baleares en 2006, un 160 por ciento más que el año anterior

En Baleares se presentaron 36 bajas laborales como consecuencia de los efectos producidos por el ruido en el trabajo durante el 2006, cifra que supuso un incremento del 160 por ciento con respecto al ejercicio anterior, lo que que se debió, principalmente, al aumento de la actividad en el sector de la construcción registrado durante ese periodo.

Así lo detalló en rueda de prensa el médico especialista en Otorrinolaringología y coautor del libro ‘Ruido y salud laboral’, Ferran Tolosa, quien describió la obra como un “manual descriptivo” orientado a las personas con riesgo de padecer problemas a consecuencia del ruido.

Tolosa remarcó que el ruido “invade el espacio privado” de los individuos “sin que podamos defendernos” por lo que se trata, según dijo, de “una agresión física”. Asimismo, hizo hincapié en que además de afectar a nivel auditivo, “tiene efectos extra auditivos muy amplios”, que influyen en sistemas como el nervioso, respiratorio o el reproductor, entre otros.

En España se produjeron 540 accidentes con baja laboral producidos directamente por efectos del ruido, vibración y presión durante el año 2005, cifra que se incrementó un 34 por ciento en 2006, según los últimos datos oficiales, lo que supuso un total de 723 bajas notificadas.

Asimismo, cabe destacar que el número de partes emitidos hasta la fecha de hipoacusia o sordera provocada por el ruido corresponde en un 98,7 por ciento a hombres, mientras que en años anteriores el porcentaje de hombres fue de 75 por ciento en 2005 y de 76 por ciento en 2006.

Medidas preventivas

Así pues, el doctor manifestó que el mejor tratamiento posible frente a las lesiones producidas por el ruido son las medidas preventivas actuando directamente sobre la fuente sonora, el medio, sobre el propio trabajador con sistemas de autodefensa o, finalmente, realizando la rotación de empleados o estando menos horas en contacto con el ruido.

Los sectores más afectados por este ruido en el ámbito laboral son los empleos relacionados con el tráfico rodado, la industria metalúrgica y textil, la construcción o la minería y la joyería, entre otros.

Así, Tolosa indicó que Palma se encuentra “muy por encima” del ruido ambiental que existe en otras ciudades del ámbito centro-europeo principalmente por el tráfico. De esta manera, informó sobre algunas medidas que lo podrían reducir como distribuir mejor los semáforos, incorporar un mejor asfaltado o reducir la velocidad en algunos puntos de la circulación.

Normativa respecto al ruido

Por su parte, el técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales de Mutua Balear, Julián García, destacó la importancia de tener un “conocimiento más claro y directo de lo que supone estar expuesto a niveles de ruido para la salud de los trabajadores” y habló sobre la normativa que regula este ámbito.

García subrayó que el Real Decreto 286/2006 del 10 de marzo es la única normativa existente sobre ruido en el ambiente laboral, reglamento que rebajó tres decibelios y consiguió aumentar hasta el 40 por ciento la población protegida.

En Baleares existe la Ley 1/2007, de 16 de marzo, contra la contaminación acústica de las Islas Baleares que fue publicada en el Boletín Oficial de la Comunidad (BOIB) el 24 de marzo de 2007.

‘Ruido y salud laboral’ hace un recorrido sobre las causas y los efectos que los altos niveles de ruido y la prolongada exposición ante ellos provocan en la salud de los trabajadores. Así, este estudio se divide en dos grandes bloques como son los efectos nocivos para la salud que tienen éstos y el marco normativo para trabajadores.

Según la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el trabajo, un 30 por ciento de la población trabajadora europea está expuesta durante, al menos, la cuarta parte de su jornada laboral a ruidos que superan los 87 decibelios y un 20 por ciento supera esta cifra durante más de la mutad de la jornada.

La pérdida de capacidad auditiva es la causa de cerca de un tercio de las enfermedades relacionadas con el trabajo, siendo además, una de las más costosas en Europa. Así, desde 1999 supone un gasto superior al 10 por ciento del coste total de enfermedades profesionales.

La importancia de la enfermedad radica, según matizó Tolosa, en que es “irreversible y bilateral” que supone una pérdida de la calidad de vida en el ámbito personal y social.
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