15/12/08

Ingeniería sin Fronteras en sectores estratégicos como la energía, el agua, los servicios urbanos o la educación

La Ciencia cobra un valor especialmente solidario cuando sus aplicaciones e investigaciones ayudan a hacer la vida más llevadera en aquellas regiones desafortunadas, lugares en los que la pobreza, el hambre, la sequía o las lluvias torrenciales amenazan el progreso de su gente. Los científicos pueden jugar un papel muy relevante para la evolución del mundo subdesarrollado poniendo su conocimiento al servicio de la solidaridad.

Un ejemplo de ello es la Organización No Gubernamental para el Desarrollo Ingeniería sin Fronteras (ISF), cuya principal meta es poner la ciencia y la tecnología al servicio del desarrollo para crear una sociedad mundial justa y solidaria.

Con este fin, la ONG desarrolla diversas iniciativas, especialmente en África e Iberoamérica, como la construcción de un abastecimiento de agua potable en Mwala (Kenia). En esta población la pobreza es extrema y las necesidades de agua y de saneamiento son enormes, según cuentan los miembros de ISF.

La economía de esta zona se basa en la agricultura y la ganadería, a pesar de que los terrenos son muy secos y prácticamente sólo se puede cultivar en ellos en época de lluvias. Las mujeres y los niños tienen que acudir al cauce del río más cercano para recoger agua con la que abastecer a sus familias, y muchas veces excavar pozos superficiales.

Tras un estudio realizado por los expertos de la ONG, descubrieron que la solución técnica más eficaz para afrontar esta situación pasa por la perforación de tres pozos, de 100, 130 y 160 metros de profundidad respectivamente. El agua que consigan se impulsará mediante técnicas de bombeo a un depósito construido con bloques de piedra unidos con mortero. La idea es que la propia comunidad local participe en este proyecto, y el agua conseguida se venda para que puedan recibir ingresos y costear los gastos. Esta fórmula busca conseguir una iniciativa sostenible para el futuro, en lugar de una solución que sólo sirva para un tiempo. Por otro lado, en el municipio de Guerra, en la República Dominicana, la suciedad y la mala nutrición son una seria amenaza para la vida; además, es una región con facilidad para inundarse en la temporada de lluvia por los terrenos arcillosos en que está ubicada. Estas inundaciones han provocado grandes destrozos en las viviendas, las calles están sin pavimentar y en muy mal estado, y el municipio no está preparado para recibir los ciclones y huracanes frecuentes en la zona.

Para paliar estos efectos, los responsables de la ONG han realizado una serie de zanjas y perforado pozos para drenar los sustratos permeables del terreno. Los ciclones que han asolado al país durante los últimos meses han demostrado que las consecuencias de llas lluvias torrenciales se han visto minimizadas a partir de la práctica de estas técnicas.

Esta es una perspectiva bastante humana para entender que la ciencia también tiene una cara solidaria, y que sus investigaciones y conocimiento pueden facilitar enormemente la vida de los que viven en regiones acusadas por la pobreza.

Los proyectos citados son un claro ejemplo de cómo una serie de soluciones técnicas sencillas pueden dar la oportunidad a estas personas de disponer de agua para beber y contar con un mínimo de higiene que les ayude a afrontar el riesgo de infecciones y enfermedades, así como de prepararse para fenómenos naturales catastróficos que puedan provocar el deterioro de las viviendas.

Ingeniería sin Fronteras participa, asimismo, en un Grupo de Investigación en Cooperación y Desarrollo Humano pionero en España. Se trata de una iniciativa que engloba a profesores de diferentes escuelas, universidades, institutos y centros de investigación...

Esta actividad trata de concentrarse en sectores estratégicos como la energía, el agua, los servicios urbanos o la educación. Así, se desarrollan proyectos destinados a favorecer la implantación de instalaciones solares y eólicas para abastecer de energía a los pueblos saharauis, por ejemplo, se estudian los recursos de aguas subterráneas de las regiones más secas, tratan de introducir el uso de la cocina solar, o investigan las aplicaciones de la biomasa como alternativa energética. Los profesionales que colaboran en este tipo de asociaciones y ONGs no sólo le dan la razón al papel de relevancia que tiene la ciencia para el progreso del mundo, sino que además le dan un nuevo sentido, el de la solidaridad.
Vía>>

No hay comentarios: