17/12/08

Trastornos en el desarrollo cerebral por efectos del calentamiento global

Si hasta ahora a nadie le importaban los efectos del calentamiento global, tal vez esta nueva alerta sirva para que los países industrializados dejen de contaminar: un estudio asegura que la polución está causando trastornos en el desarrollo cerebral de los más chicos. Autismo, bajo índice de inteligencia, parálisis y desórdenes de atención son sólo algunas de las consecuencias.

Millones de adultos del futuro padecerán daños cerebrales por efecto de la contaminación industrial. Si nadie frena esta tendencia, el panorama es bastante desolador: los expertos dicen que hay más de 200 productos de uso diario que arruinan el cerebro de los animales…ni qué decir lo que hacen en los humanos.

En un estudio que ha sido publicado en la revista médica "The Lancet", los doctores Philip Landrigan, de la Escuela de Medicina del Monte Sinaí en Nueva York, y Philippe Grandjean, del departamento de Medicina Ambiental de la Universidad del Sur de Dinamarca, dicen que se trata de una "pandemia silenciosa".

Es que los productos químicos que hay en el ambiente, aseguran, tienen efectos difíciles de medir: se sabe que pueden causar retraso mental, autismo, parálisis cerebral y déficit atencional; entre otras cosas.

Por eso, los científicos piden a las autoridades, tanto en Europa como en Estados Unidos, que refuercen la investigación y los controles sobre los productos industriales contaminantes, para proteger sobre todo a los niños, los más vulnerables a su acción nociva.

Esta, dicen, es solo la punta del iceberg, porque puede haber muchas otras consecuencias aún desconocidas. Ellos afirman que en Estados Unidos sólo se impone a las empresas requisitos mínimos -que muchas veces no se cumplen- para que hagan pruebas de seguridad sobre los productos químicos que utilizan. Y en la Unión Europea los controles no son suficientes.

"El cerebro humano es un órgano precioso y vulnerable y, debido a que su funcionamiento óptimo depende de la integridad del órgano, cualquier daño, aunque sea limitado, puede tener serias consecuencias", explica Grandjean en el estudio.

"Aun en casos en que existe documentación suficiente para probar su toxicidad, la mayoría de los productos químicos no están regulados para proteger el cerebro en desarrollo", critica.
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