Entre las calles Caspe y Delicias se levanta una estructura de más de 14 metros de altura que atrae a cualquier ciudadano que pasee por la zona. Se trata del primer Jardín Vertical –o Jardín Colgante- de Zaragoza. La estructura metálica se mezcla con el color verde de las plantas que, poco a poco, crecerán y reconvertirán esta estructura en un oasis botánico.
Tras años de reivindicaciones, se ha conseguido que un pequeño solar se haya convertido en el Jardín Vertical de Delicias, y que cuente con una superficie de 800 metros cuadrados de elementos de jardinería, además de los 530 metros cuadrados que se han habilitado en la planta calle. Un total de 84 especies diferentes visten esta gran estructura.
El proyecto es obra del arquitecto Joaquín Sicilia, diseñador del futuro campo de fútbol que se construirá en San José. “La idea viene de una metáfora del árbol de la infancia, accesible y al que a todos nos apetece subir. Además, alivia de alguna manera la añoranza de un barrio con poca zona verde y que necesitaba de una plaza simbólica con estas características”, destaca Sicilia emocionado ante su creación.
Si en el siglo XV “El jardín de las delicias” fue la obra cumbre del pintor holandés El Bosco, en pleno siglo XXI el arquitecto zaragozano no se queda corto a la hora de ensalzar las virtudes y bellezas de esta maravilla integrada dentro de la ciudad. “Sus múltiples especies botánicas abruman al espectador y proporcionarán a cada época del año un brillo distinto. El visitante podrá apreciar distintas perspectivas según la rampa por donde pasee. Y es que está concebido para que sea un lugar de encuentro, de ocio y de contemplación”.
A juicio de Sicilia, es realmente importante que se dinamice al máximo un buen número de actividades en su espacio. “Queremos que se convierta en una lona de exposiciones que ayude a la revitalización de esta calle tan comercial y llena de vida, y que cada trimestre el Jardín se metamorfosee y dé la bienvenida a una Fiesta de la Primavera o del Verano”.
Dejando a un lado la poesía, en el semisótano de este edificio de vanguardia se ha habilitado la sede de la Asociación de Vecinos Manuel Viola. Es un espacio de 404 metros cuadrados desde el que se pretende organizar la gestión ambiental del jardín y será foco de actividad ciudadana y didáctica.
La vocal de esta Asociación, Silvia Otín, defiende sin ambages el cambio de sede y presume que, desde su inauguración, la mayoría de los trabajadores realizan sus tareas con más ganas. “Todo ha mejorado muchísimo y viene más afluencia de gente a preguntar, conocer la Asociación y a descubrir qué es lo que se hace desde aquí”.
No en vano, Otín explica exultante que se ha cumplido con uno de los objetivos que tenía el barrio desde hace años. “Con la plaza se pretendía ganar un espacio verde para el vecindario y con los jardines en forma vertical hay 400 metros más para poder pasear y tener más espacio verde, sobre todo, en altura”.
La nueva arquitectura trata de evocar un árbol y sus ramas, que se convierten en los caminos y rampas que se cruzan y se elevan hasta dominar buena parte del barrio, al que le proporcionan otra luz y vida. Además de las diferentes especies de plantas, el ciudadano podrá sentarse y contemplar el barrio con otra mirada y desde una zona verde tranquila y llena de encanto. De este modo, también se han cuidado los materiales de los pavimentos y de los elementos que conforman las zonas de estancia, que surgen en los ensanchamientos de cada tramo y que sugieren diferentes usos al espectador.
La gran estructura se puede observar desde la nueva plaza pública, que dispone también de un escenario con graderío. Desde este nivel, el ciudadano puede acceder o bien a la ascensión del jardín o bien a la planta semisótano. Si el visitante decide ascender el jardín, llegará hasta los 14,40 metros altura sobre el nivel de la plaza. Todos estos recorridos están libres de barreras arquitectónicas, de manera que la zona en altura es accesible a todos los ciudadanos.
Los distintos elementos de esta arquitectura están interrelacionados y cuidados para ofrecer una imagen integrada. Así, las vigas de las pasarelas que enlazan los distintos niveles se han diseñado como grandes jardineras, apropiados para acoger las diferentes especies que dan forma al Jardín Vertical.
El Jardín también cuenta con elementos reciclados, como un conjunto de mallazos y telas metálicas que sirven para el desarrollo de las plantas en altura. Asimismo, el espacio del ascensor se ha habilitado para soportar las distintas especies vegetales incorporando troqueles de chapa destinados a la chatarra, que se han organizado formando celosías. Los colores de las vidrieras también ayudan a resaltar la importancia de un jardín que da la posibilidad a los zaragozanos de relajarse entre el estrés y el movimiento continuo de una gran ciudad.
Delicias tiene una nueva zona verde en altura
Las especies y su relación con el barrio
Las 84 especies diferentes del Jardín Vertical de Zaragoza favorecen la armonía de este espacio. Entre ellas figuran árboles, arbustos y coníferas de porte medio, plantas aromáticas, helechos, trepadoras y colgantes. Además, dispone de un sistema de riego por goteo. El agua sobrante se recoge en un depósito. Las diferentes estancias incorporan además mobiliario urbano que se integra en el conjunto y permite el descanso y la estancia a los usuarios y visitantes.
Las instalaciones ciudadanas que alberga el Jardín en la planta del semisótano incluyen, además de la sede de la Asociación de Vecinos Manuel Viola, el despacho de la Asociación de Comerciantes de la calle Delicias y adyacentes. Éste será el foco desde el que se tratará de incentivar la vida cultural de barrio. De momento, ya hay propuestas para instalar en las estancias del Jardín un aula permanente que ayude a los vecinos a conocer las plantas y sus cuidados, de manera que dispongan de colaboración técnica para realizar sus propios planteros.
Vía>>
26/1/09
El jardín vertical que emula un gran árbol
Etiquetas:
Jardines,
Plantación,
Urbanismo y sostenibilidad
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