Ejemplo de dieta más saludable para los Obama

La primera dama, Michelle Obama, ha decidido reservar el equivalente a cien metros cuadrados de esa histórica explanada para el cultivo orgánico de vegetales, con ayuda de los alumnos de un colegio de Washington.

En búsqueda de su propio papel relevante dentro del nuevo gobierno norteamericano, Michelle Obama parece haber asumido la cruzada de una dieta más saludable para un país plagado por una grave epidemia de obesidad. El equipo de cocineros de la mansión presidencial, encabezado por la chef Cristeta Comerford, tiene previsto utilizar esa cosecha particular para elaborar tanto los menús diarios de la primera familia como los banquetes oficiales.

La deseada lista de plantas en el huerto presidencial incluye un total de 55 vegetales, desde pimientos a espinacas junto a los elementos necesarios para producir sofisticadas ensaladas. Sin olvidar algunas moras de postre y dos colmenas para producir miel, cuyo cuidado correrá a cargo de un carpintero de la Casa Blanca aficionado a las abejas. Pero todo sin abonos o pesticidas artificiales.

En términos históricos, el huerto de Michelle Obama no será el primero en la Casa Blanca. Su primer ocupante, John Adams, ya tuvo esa idea en 1800 nada más instalarse en la mansión presidencial todavía a medio construir. Durante la Primera Guerra Mundial, como ejemplo de austeridad, Woodrow Wilson incluso desplegó un rebaño de ovejas para cortar y fertilizar el césped.

La última vez que la Casa Blanca dispuso de su propio huerto fue en 1943, por iniciativa de la entonces primera dama Eleanor Roosevelt. Ejemplo que sirvió de estímulo para la iniciativa de los «victory gardens» («jardines de la victoria») encaminada a que los estadounidenses ayudasen a producir sus propios alimentos durante la Segunda Guerra Mundial.
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