22/9/09

La naturaleza es el «arquitecto» más veterano del mundo

La naturaleza es el «arquitecto» más veterano del mundo: lleva miles de millones de años adaptando formas al medio y perfeccionándolas con el paso de los siglos. Así que ¿por qué no lo copiamos? El resultado a esta pregunta es la llamada «arquitectura biónica» y en España tenemos a algunos de los más reconocidos exponentes de una tendencia que levanta pasiones en todo el planeta, pero cada vez más en su mitad oriental.

El ambicioso proyecto recuperará uno de los humedales históricos de China, en un diseño que concibe el futuro espacio para exposiciones como una prolongación del entorno paisajístico. Un ejemplo de arquitectura biónica, que aúna la belleza de las formas naturales con las soluciones sostenibles de la naturaleza.

Uno de los más ilustres, el estudio «Cervera & Pioz» de los catalanes Rosa Cervera y Javier Pioz, anda ahora envuelto en un nuevo proyecto biónico en China, concretamente en los bellos parajes de la ciudad de Hangzhou, donde cinco arquitectos de renombre internacional han ideado un entorno original en lo que será el «Museo del Humedal».

«Es un complejo cultural de rango nacional, promovido por el Departamento de Turismo de Hangzhou, quien decidió recuperar uno de los humedales históricos más famosos de la ciudad promoviendo para ello un ambicioso proyecto en el que diversas arquitecturas únicas, diseñadas específicamente para el lugar por arquitectos de vanguardia, interactuaran con el paisaje», explica a este semanario Javier Pioz. Además de Cerverza&Pioz (estudio que se ha encargado del «Xi-Xi Hotel Villa»), el equipo internacional incluye al japonés Arata Isozaki, al británico David Chipperfield, al suizo Mario Botta, al estadounidense Steven Hall y a varios arquitectos locales.

Al estudiar la naturaleza para imitar sus estructuras saltan al frente muchas sorpresas. «El diseño del Museo se creó para que su forma fuera capaz de utilizar la luz del sol, el agua de lluvia y el aire para crear y conservar energía, de modo similar a como lo hacen los nenúfares. Análogamente, la forma del Museo está pensado para que no se necesiten sistemas de climatización artificial, habitualmente de coste elevado, de modo que todo el consumo de energía y agua venga principalmente de sistemas de autoabastecimiento y reciclaje. Sin duda, todo planteamiento de ahorro energético contribuye a su manera a la preservación del medio ambiente», detalla Pioz.

Y no hay mejor manera que adaptarse al medio ambiente, sostienen los impulsores de la arquitectura biónica, que copiando su propio funcionamiento, una decisión que tampoco está reñida con la belleza y viabilidad de las construcciones. «Todas las formas naturales son hermosas ante nuestros ojos, pero también son muy lógicas. Así, tratando de aprender de la lógica del diseño de las formas y estructuras naturales, surgen nuevas maneras de diseñar y construir una arquitectura que sea energéticamente más sostenible y artísticamente más bella».

Aunque la tentación de acomodar la edificación en la naturaleza lleva décadas rondando en las mesas de trabajo de los arquitectos, la arquitectura biónica se desmarca de las tendencias anteriores haciéndose notar en el entorno: inspirándose y aprendiendo de la Naturaleza para expresar, no para esconderse. «Se suele utilizar la expresión “integrar la arquitectura en la naturaleza”, pero en la mayoría de los casos parece que el reto se reduce a intentar que la arquitectura pase lo más desapercibida posible. (…) Nuestra arquitectura trata de hacer perceptible en el usuario precisamente las características que definen “lo vivo”, y para nosotros esa es la condición para armonizar la arquitectura y la naturaleza».

A ojos de Pioz, a la arquitectura biónica le queda mucho por recorrer y, más allá de las construcciones «de autor», tiene diferentes aplicaciones en la construcción de viviendas y otros edificios comunes. «Los principios de la Arquitectura Biónica pueden aplicarse a todo tipo de arquitecturas independientemente de su coste. La mayor parte de nuestros clientes nos ha exigido siempre una contención del gasto, y por ello no creemos que la mejor arquitectura tenga que ser la más cara, más bien todo lo contrario».

Cervera&Pioz llevan tiempo trabajando en China. De hecho, su tiempo se reparte entre los estudios de Shanghai y Madrid. Es en la capital económica china donde presentaron uno de sus proyectos biónicos más mediáticos, que fue recogido en toda la prensa mundial a pesar de que hasta la fecha tan sólo se ha materializado en dibujos y maquetas. Se trata de la «torre biónica», una ciudad entera metida dentro de un edificio de 300 plantas y 1.228 metros que daría alojamiento a unas 100.000 personas sobre el terreno de una isla artificial en Shanghai, lo que significa que más de la mitad de las ciudades españolas podrían meterse aquí. El presupuesto de la edificación, unos 15 millones de dólares, es un obstáculo evidente para su construcción.

«Cervera & Pioz lleva ya muchos años trabajando en diversos países de Asia, pero la mayoría de nuestras arquitecturas están en China e India. Creemos que nuestra filosofía de “arquitectura y naturaleza” gusta en estos países, en los que hemos tenido la oportunidad y la fortuna de crear arquitecturas ambiciosas y emblemáticas», recuerda Pioz, remarcando el “enorme interés” de la arquitectura asiática. «En España tenemos mucho desconocimiento de la arquitectura moderna que se hace en este continente y tendemos equivocadamente a minusvalorarla, pero ésta tiene muy altas dosis de profesionalidad y creatividad. No sé si será la arquitectura del futuro, puede, pero sin duda es la del presente».

Edificios que basan su sistema de ventilación en los termiteros y que no necesitan aire acondicionado para enfriarse
Edificios diseñados con el mismo sistema de ventilación de un termitero y que no necesitan aire acondicionado para refrescarse. Proyectos de ahorro de energía inspirados en la manera en la que las truchas se aprovechan de las corrientes. O incluso marcapasos que copian el mecanismo cardiaco de las ballenas, cetáceos que logran hasta cuatro latidos por minuto a través de estímulos eléctricos que atraviesan la masa de grasa del animal. Son algunos ejemplos del biomimetismo, o la aplicación de los conocimientos biológicos a la ingeniería, la arquitectura, e incluso la medicina. Uno de los casos más recientes es el de los escarabajos del desierto de Namibia, donde apenas llueve 10 metros cúbicos al año. Estos insectos poseen unas protuberancias en las alas anteriores y unas incisiones que captan las gotas del rocío matinal, una manera de asegurarse una ración de agua suficiente para la supervivencia. Entre otras aplicaciones, la Universidad de Oxford ha diseñado una estructura similar que permite recuperar el vapor de agua de las torres de refrigeración.
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