7/11/09

Un viaje provechoso para encontrar un combustible eficiente

En una visita a Ruanda, Joel Chaney, no pudo contener su sorpresa e indignación al comprobar la enorme proporción del cultivo de plátano que se echaba a perder. Esta situación le sirvió de inspiración para desarrollar un rudimentario pero eficaz concepto para transformar los residuos de esta fruta en una fuente de combustible eficiente.

A su regreso al Reino Unido, Joel desarrolló un método basado en briquetas como parte de sus estudios de doctorado. En primer lugar, las pieles de plátano, las hojas y los tallos son triturados y transformados en una pulpa mediante una picadora de carne accionada manualmente. Posteriormente se añade serrín para crear un material moldeable, aunque en países como Ruanda, podría sustituirse el serrín por tallos de banano secados al sol, de manera que se utilice toda la planta.

La pulpa se comprime hasta darle la forma de las briquetas y posteriormente se cuece en un horno a 105 grados centígrados. Si se prefiere, también se puede dejar secar al sol. Las briquetas son una forma ideal de combustible, tal y como el propio Joel pudo comprobar cuando puso a prueba su combustible cocinando buñuelos de plátano.

“Este proceso constituye un gran impulso para las personas de los países en desarrollo”, explica Joel. “Las mujeres pueden llegar a pasar hasta cuatro y cinco horas al día recogiendo leña. El uso de este tipo de residuos es fundamental para el desarrollo sostenible.” Este experimento con plátanos no es sino uno de los muchos estudios que se realizan en la Universidad de Nottingham a través de la exploración de formas alternativas para producir combustibles.
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