7/12/09

Hoy comienza el futuro Protocolo de Copenhague del 2012

Hoy comienza en Copenhague la XV Conferencia Mundial sobre el Cambio Climático. Esta reunión internacional organizada por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) tiene como objetivo principal confeccionar un nuevo Protocolo que sustituya al de Kyoto, que expira en 20012.

Según los organizadores, acudiran al evento más de 15.000 personas y representantes de más de 190 países. La ocasión puede ser única. Más allá de los debates, un tanto estériles, sobre si existe cambio climático o no, la necesidad de actuar prácticamente nadie (exceptuando los de siempre) la niega, ya ante las numerosas evidencias y pruebas sobre el cambio climático que está experimentando nuestro planeta. Y, no obstante, los profestas del negacionismo afilan sus guadañas, recurriendo a todo tipo de argumentos, recursos y argucias, para intentar contrarrestar los esfuerzos por actuar, por limitar o aminorar, en la medida de lo posible, los efectos del cambio climático. El debate en internet está tomando un cariz verdaderamente épico.

La pregunta clave aquí es si servirá para algo esta cumbre o, esperemos que no, asistiremos, impotentes, a otro ejercicio más de hipocresía política, juego de palabras, promesas que no se piensan cumplir y, en definitiva, una carrera hacia adelante. Seguiremos debatiendo, convocando nuevas reuniones, aplazando acciones, refutando y contrarrefundando argumentos, científicos unos y viscerales otros, y la Tierra seguirá en su deriva hacia, no se sabe bien, a dónde. Pero el cambio climático no es más que un síntoma más de un planeta enfermo: la degradación medioambiental, la depauperización e infraalimentación de una parte del planeta, las guerras, la crisis económica, la pérdida de biodiversidad,etc. son algunos de los demás signos de la enfermedad.

Desde una postura optimista-ingenua creo que ya es un relativo éxito el que se unen en una conferencia de este nivel 192 países, que China, India y EE.UU. tengan un actitud más receptiva e incluso, se comprometan a reducir sus emisiones de CO2.

Los intereses económicos en juego pesan mucho y la talla de los políticos que nos gobiernan es más que discutible. Algunos, se refugiarán en los argumentos negacionistas para que todo siga como hasta ahora. Ojalá estén todos y todas a la altura del problema que los reúne y se obtengan unas conclusiones realistas, válidad y serias. Y que se cumplan.
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