11/11/10

35 millones de euros para el Parque de Arganzuela de Madrid

La superficie verde en el parque de La Arganzuela será, en unos meses, de 250.000 metros cuadrados: tres meses más que antes de la obra. La zona contará, además de con la «playa de Madrid», con un conjunto monumental de toboganes —para tirarse de tres en tres—, un «Mikado» gigante —construcción de troncos sobre los que los niños podrán hacer equilibrios—, una constelación de fuentes y uno de los puentes más espectaculares de los que cruzan el río: el diseñado por Dominique Perrault, una espiral semicubierta con una malla metálica cuyo centro, abierto, será un mirador sobre toda la zona.

El puente fue la atracción de la visita que ayer realizaron a las obras el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, los arquitectos del proyecto Madrid Río Fernando Porras y Ginés Garrido, la concejal de Urbanismo Pilar Martínez, y el autor del diseño del puente, el francés Dominique Perrault —que también es responsable de la Caja Mágica—. La espiral, de acero de distintas calidades, se recubre en algunas zonas con la malla metálica. En su interior, habrá un recorrido para ciclistas y otro para peatones. Tendrá el ancho de una gran calle: cinco metros, y gradas para sentarse en los lados.

Está previsto que el puente esté finalizado en febrero. «Really wonderful», asintió Ruiz-Gallardón mientras seguía atento las explicaciones que le proporcionaba Perrault en la lengua común a ambos, el inglés. Como ruido de fondo, la enésima protesta de los bomberos, en su particular cruzada por conseguir la atención del regidor.

En la zona se están invirtiendo 35 millones de euros. Con ellos, se consigue convertir la azotea de las calzadas soterradas de la M-30 —a 25 metros de profundidad— en zona de paseo, práctica deportiva y área de juegos infantiles. En esta, habrá diversas actividades, creadas también por el equipo de arquitectos Madrid Río: un conjunto monumental de ocho toboganes acoplados a una roca artificial, algunos con capacidad para tres personas, y otros especiales para niños con discapacidades físicas.

Otra de las novedades será «La Catástrofe», definida por Fernando Porras-Isla como «un mikado gigante, donde los niños son como liliputienses y hacen equilibrios sobre los enormes troncos».
De los restos de la antigua autopista, al norte del puente de Toledo, se «colgarán» varios columpios. Y también habrá pistas de patinaje —un clásico en la zona— y la ya famosa «playa de Madrid», que sus creadores definen así: «Una playa convencional pondría en evidencia lo pobre que es el Manzanares»; de ahí que lo proyectado sea «una ficción de playa», con láminas de agua de tres centímetros de profundidad, hierba y hamacas, «donde poder tomar el sol y jugar con el agua». En la zona se mantiene, a petición popular, el obelisco que Fernando VII hizo construir para conmemorar el nacimiento de su hija Isabel.
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