27/5/08

304 millones de lagos naturales y balsas agrícolas repartidos por todo el mundo, capturan tanto CO2 como todos los océanos juntos

Aproximadamente el 40 por ciento de las tierras emergidas está cubierto por bosques. De ahí la creencia, transmitida a los alumnos de primaria durante años, de que las masas forestales son los mejores pulmones del planeta. Esta afirmación, sin dejar de ser cierta, puede estar abierta a matizaciones.

Matices como los que ha aportado una investigación elaborada por la Universidad de Iowa con la participación del biólogo del CSIC Carlos Duarte. En ella, el equipo científico ha demostrado que, en la necesaria tarea de eliminar CO2 de la atmósfera, ecosistemas artificiales como las balsas agrícolas resultan mucho más eficientes que cualquier bosque. Más concretamente, cada metro cuadrado de estos estanques es capaz de absorber cincuenta veces más dióxido de carbono que la misma superficie de terreno boscoso.

«Esta gran capacidad de procesamiento del gas es posible gracias a un par de peculiaridades. La primera es el entorno; la gran riqueza de cultivos que rodean las balsas favorece la creación de algas y plancton, especies que necesitan capturar mucho anhídrido carbónico para desarrollarse. Por otra parte, el entorno acuático es ideal para preservar este CO2 orgánico, pues queda alojado en los sedimentos», aseguró Duarte a ABC.

La importancia de los pequeños ecosistemas acuáticos en el balance del ciclo global del carbono no se ha valorado en su justa magnitud. La gran mayoría de las investigaciones relacionadas han limitado el campo de análisis a océanos y grandes lagos, pasando por alto los pequeños -y numerosos-conjuntos de agua.

No obstante, hay 4,2 millones de kilómetros cuadrados de estos terrenos, capaces de capturar tanto dióxido de carbono como todos los océanos juntos del planeta. «Sólo las balsas agrícolas secuestran el 5 por ciento de todo el CO2emitido a la atmósfera. Muchas investigaciones -subraya Duarte- han obviado estos ecosistemas de menor tamaño, pero la realidad es que son unos sumideros tan relevantes que retienen 150 millones de toneladas de carbono al año».

El estudio también revela que hay 304 millones de lagos naturales y balsas agrícolas repartidos por todo el mundo, el doble de lo que se creía hasta el momento.
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