Dos jardines botánicos mostrarán la flora de Noguera, la más rica de la Península Ibérica

Un taller de empleo creará un herbolario y dos rutas por parajes naturales, que cuentan con más de 1.100 especies.



Noguera, una localidad de 150 habitantes enclavada en el corazón de la sierra de Albarracín, presenta, gracias a su altitud, al buen estado de conservación de su medio ambiente y, sobre todo, a su peculiar geología, una variedad botánica única en la Península Ibérica. El Ayuntamiento acaba de iniciar, a través de un taller de empleo, los trabajos para acondicionar dos jardines botánicos -de una hectárea cada uno- que mostrarán sobre el terreno a los visitantes y estudiosos la rica flora del municipio.

Según un primer inventario de la flora local realizado por el director del Jardín Botánico de Valencia, Gonzalo Mateo, en solo dos barrancos -el de la Tejeda y el de la Garganta- están representadas 1.100 especies vegetales, lo que supone el 50% de todas las presentes en la provincia y el 40% de todas las inventariadas en el Sistema Ibérico. Mateo es, además, el director científico de la recién creada Fundación Oroibérico, destinada a divulgar e investigar la flora de Noguera.

Gonzalo Mateo explica que la singularidad de la vegetación de Noguera radica en su diversidad y en la presencia de numerosos endemismos o especies que solo se localizan aquí -suponen el 10% del total-. Se trata de plantas herbáceas de apariencia modesta, pero que reflejan la excepcionalidad botánica de las tierras altas de la sierra de Albarracín. A los endemismos se suman especies "rarísimas" en estas latitudes y que solo vuelven a aparecer en cordilleras septentrionales como el Pirineos o los Alpes. Entre los motivos de la singular flora local, destaca la existencia de suelos de composición dispar -silícea y calcárea- en un espacio relativamente reducido.

Los doce alumnos del taller de empleo de jardinería han empezado esta semana a formarse para habilitar un paseo por un espacio representativo de la flora asociada a terrenos calizos y otro en suelos silíceos. El alcalde, César Morón, confía en que las dos rutas, al igual que el jardín botánico que aglutinará, cerca del pueblo, plantas de todo el término municipal, estarán listos en el verano de 2009. La primera tarea de los futuros jardineros es elaborar un herbolario de especies autóctonas que luego se expondrá en la Fundación Oroibérico.

Una de las alumnas, María del Mar Pérez, explica que el trabajo que desarrollará en el próximo año "será interesante personalmente y también para el pueblo". En su primera salida al campo recolectó con sus compañeros "un montón de especies distintas" que, a partir de ahora, deberán desecar y almacenar con una ficha que recoja sus principales características. Confía en que la formación que va a recibir le sirva para encontrar un trabajo, que podría pasar por el mantenimiento de los futuros jardines botánicos.

El Ayuntamiento se ha empeñado en un proyecto para que la riqueza botánica se convierta en un elemento de promoción del pueblo y en un pilar de su desarrollo. Además de acondicionar los jardines botánicos, desde 2007 Noguera es sede del curso de botánica de la Universidad de Verano de Teruel, que este año se desarrollará del 7 al 11 de julio. Sin embargo, el proyecto más ambicioso no ha hecho más que echar a andar: la implantación de la Fundación Oroibérico para la investigación científica y la divulgación de la flora local. Los planes municipales pasan por crear una sede con biblioteca, laboratorio y centro de acogida de visitantes con un presupuesto de un millón de euros. De momento, hay una primera aportación comprometida del Fondo de Inversiones de 106.000 euros y buenas expectativas de colaboración de la Caja Rural de Teruel y La Caixa.

El proyecto prevé que el jardín botánico y vivero que se habilitará en un huerto junto al río Noguera sirva de introducción para las visitas a los dos jardines "ecológicos" acondicionados en suelos calizo y silicio con una mínima intervención, que se limitará a habilitar recorridos accesibles para todo tipo de públicos y a plantar algunas especies representativas del medio que no crezcan de forma espontánea. El entorno natural, en los valles de dos pequeños riachuelos afluentes del Guadalaviar, reforzará el atractivo de los paseos.
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