Nissan quiere estar al frente de esta nueva tecnología y recuperar el terreno que ha perdido respecto a las también japonesas Toyota y Honda en el campo de los coches híbridos (automóviles que cuentan con dos motores: uno de gasolina y otro eléctrico). Para recuperar ese terreno, Nissan puso en marcha en 1996 el programa FCV, que tiene como objetivo el desarrollo de un coche con motor eléctrico que extrae la energía del hidrógeno a través de una reacción química que envía electricidad a las baterías. El coche reposta hidrógeno en el mismo tiempo que se llenaría el depósito de gasolina o gasóleo, y su autonomía es de unos 500 kilómetros.
Los coches eléctricos ya no son prototipos extraños que han inventado unos ingenieros iluminados. En estos momentos, son prototipos que pueden producirse en serie, que circulan por las carreteras con normalidad y que, a partir de 2010, se venderán en los concesionarios para que los consumidores decidan entre estos vehículos silenciosos y los contaminantes motores diésel.
Tras siete años de investigación y rodaje, Nissan lanzó al mercado el X-Trail FCV, un todoterreno que se vende a los clientes en versión diésel al que adaptó el motor eléctrico . Desde 2003, el coche circula por Japón a través de un programa limitado de leasing. El plan de desarrollo de esta tecnología está a punto de terminar y Nissan ya prepara su lanzamiento comercial en Norteamérica y Japón en 2010. En Europa, y concretamente en España, está previsto el inicio de las ventas en 2012 para que en 2015 ya circulen en masa por nuestras carreteras.
En este plan de negocio, la factoría de Nissan en la Zona Franca de Barcelona tiene reservado un papel importante. Los primeros coches eléctricos que la firma japonesa monte en Europa podrían hacerse en estas instalaciones, tradicionalmente muy flexibles y capaces de producir en series cortas hasta cinco modelos de vehículos a la vez.
La imagen de los todoterrenos, producto estrella de la factoría de Nissan en Barcelona, se ha deteriorado debido a su elevado consumo y las emisiones contaminantes. ¿Es posible cambiar esa imagen y recuperar a los clientes amantes de la naturaleza? En Nissan consideran que fabricar un 4x4 eléctrico permitiría recuperar la imagen ecológica y crear un mercado de clientes dispuestos a pagar precios más elevados, lo que mejorará la rentabilidad. Además, los 4x4, con mayor capacidad interna que un utilitario, pueden camuflar con facilidad las grandes baterías de litio que necesitan los vehículos eléctricos.
Un reto que Nissan quiere afrontar tras reducir a la mitad la plantilla de su fábrica de Barcelona.
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