Nuevo Parque da Canle en Orense

El nuevo Parque da Canle se suma desde ayer al inventario de zonas de esparcimiento de la ciudad de Ourense con la particularidad de que éste se asienta sobre los depósitos del agua de San Francisco y tiene vistas a un cementerio declarado Bien de Interés Cultural.

Se trata de un proyecto pionero en España que aprovecha un espacio destinado a uso dotacional para crear una plaza pública de 3.200 metros cuadrados que podrá ser usada por todo el vecindario para pasear, descansar, hacer deporte y disfrutar del tiempo de ocio en un espacio intergeneracional. El alcalde de la ciudad, Francisco Rodríguez, y el concejal de Medio Ambiente, Demetrio Espinosa, lo inauguraron ayer como "o primeiro parque sostido sobre uns depósitos de auga que se fai en territorio nacional e un referente para os paisaxistas".

Además, Espinosa destacó que se trata de un punto verde más para el eje vertebrador que comunica el casco histórico con Montealegre y que en los últimos años ha ganado áreas de esparcimiento como el Auditorio, la Escola Municipal de Artes Escénicas y el parque de los Carrileiros de Foula. El propio Francisco Rodríguez se mostró orgulloso de convertir un lugar que era "horroroso" en un parque referencial que "cambia totalmente a faciana deste barrio".

Las obras han sido ejecutadas por la Empresa de Transformación Agraria Sociedade Anónima Tragsa, y supusieron una inversión de 590.502 euros. Para su construcción, el Concello ha contado con el apoyo de los Fondos Feder de la Unión Europea. Se trata de un proyecto elaborado por el Servicio de Medio Ambiente municipal con la colaboración de Consultores de Medioambiente y el Estudio de Paisajismo Sangalli y Asociados.

Para construir la plaza pública sobre los depósitos ha sido necesario impermeabilizar las tres cubiertas que componen los depósitos y que estaban a la intemperie.

Entre los diferentes trabajos que llevaron a la creación de esta zona verde destaca la actuación en el depósito mayor que tiene una pared contínua de más de cuatro metros de altura. El impacto se ha minimizado creando una rampa de acceso que desembarca en la antigua tapa del depósito, ahora convertida en una plataforma con apenas 80 centímetros de pared. El parque convierte así una zona abandonada en un alegre un punto de encuentro vecinal.
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