26/8/08

Vitorinox productora de 28.000 navajas diarias recibe premio ecológico

La Fundación Suiza de Protección al Medioambiente otorgó al fabricante suizo de navajas el reconocimiento 'Empresas 2008'.

La política 'verde' del grupo incluye la eliminación de combustibles fósiles para la calefacción, embalajes biodegradables y bonos para los empleados que usen el transporte público.

Suiza firmó en 2003 el Protocolo de Kyoto, acuerdo que comprometió a todos los países que suscribieron a realizar esfuerzos para combatir el cambio climático.

De hecho, la meta helvética es una de las más ambiciosas dentro del Viejo Continente: Para el 2010 pretende reducir 10% la emisión de dióxido de carbono (con respecto a los niveles de 1990), según la Oficina Federal de Medioambiente. Y cumplir con el objetivo no será sencillo.

Se requiere el trabajo colegiado de gobierno, empresas y familias, ya que en 2008 Suiza se ubica apenas en el noveno lugar del Índice de Desempeño en el Cambio Climático, elaborado por la ONG alemana, Germanwatch, experta en la materia.

Sólo por dar un par de datos: los tres países líderes en esta clasificación son Suecia, Gran Bretaña y Dinamarca, y Brasil, pese a ser una economía en desarrollo, se ubica por delante de Suiza (lugar 8).

Por otra parte, Suiza tiene en marcha desde el 2000 una Ley de CO2, a cuyo cumplimiento se han sumado de forma voluntaria un millar de empresas suizas.

Victorinox es una de ellas y su política medioambiental le reportó este mes (22.08), el Premio a las Empresas 2008, otorgado por la Fundación Suiza de Protección al Medioambiente.
Programa Green Shield

Para las empresas, ser ecológicas es mucho más caro que no serlo.
El respeto al medioambiente y la sustitución de combustibles fósiles por otros amigables con el ambiente, exige multimillonarios desembolsos.

No obstante, todas las compañías que hoy invierten en un futuro ecológico saben que dicha política les reportará ganancias futuras, ya que el combate al cambio climático es una tendencia, no una moda.

En 2008, el Premio a las Empresas otorgado por Fundación Suiza de Protección al Medioambiente fue Victorinox por su programa 'Green Shield', que consiste en incentivar a los empleados a realizar ahorros energéticos.

De acuerdo con Karl Elsener Jr, actual director general de la compañía y nieto de su fundador, el programa consiste en "proponer un calendario a la plantilla laboral en el que se registran sus acciones a favor del medioambiente.

La empresa compensa a aquellos trabajadores que dejan su automóvil en casa para trasladarse en transporte público a su trabajo, al reembolsarles el precio del billete de tren o bus que utilizaron para sus desplazamientos".

Simultáneamente se promueve el uso de bicicletas para aquellos empleados que viven relativamente cerca de su centro de trabajo y se les incentiva a evitar los dispendios de agua y electricidad, lo mismo en el trabajo que en casa.
Dar ejemplo...

Victorinox, por su parte, está obligada a hacer lo propio.
De acuerdo con Karl Elsener, la política 'verde' por parte del corporativo suizo se materializa en tres campos de acción:
1) Producción; 2) Materiales; 3) Embalajes

En el primer caso, a través de una serie de circuitos cerrados que facilitan la circulación de agua y que se ocupan de la calefacción de todos los edificios del grupo.

No se utiliza ningún derivado de petróleo para los sistemas de calefacción.

Se reciclan cada año alrededor de 600 toneladas de desechos derivados de los materiales que se utilizan para fabricar las navajas.

En segundo término, la compañía trabaja directamente en la selección de materiales, para que los productos que se venden al público sean enteramente reciclables.

Y el grupo evita desde hace una década la utilización de cualquier metal o sustancia potencialmente tóxico durante sus procesos productivos.
Embalajes, punto final

Los europeos generan 705 kilogramos de basura al año por persona, según datos de Eurostat.

Los suizos, por su parte, 675 kilogramos, un dato inferior pero aún muy elevado. Y entre los desechos, los plásticos encabezan los índices de toxicidad, ya que no son biodegradables y su incineración libera contaminantes como las dioxinas, que son cancerígenas.

De ahí que cada vez se utilicen más compuestos amigables con el ambiente, elaborados con base en proteína de soya y fibras vegetales, que sirven lo mismo para embalar objetos que para sustituir componentes plásticos de vehículos y ordenadores.

Para sus empaques, Victorinox decidió utilizar exclusivamente materiales reciclables como cartones y a editar los pequeños libros con el 'modo de empleo' que acompañan a sus productos con papel y tintas que no dañan el medioambiente.

Y si bien la reconversión ecológica de las empresas es un largo camino, cada paso las acerca al destino final.
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