25/11/08

Granada, utiliza un ‘software’ muy avanzado para las inspecciones acústicas

“El ruido, junto a los olores, es lo que más molesta a la gente, porque invade su hogar, su vida cotidiana”. Lo dice Juan Luis Puga, que lleva cuatro años midiendo ondas sonoras en la empresa Unison. Instalada en el Campus de la Salud, en el edificio BIC, la compañía nació de la mano de varios profesores de la Universidad de Granada, interesados en aplicar sus conocimientos en materia acústica a la vida ordinaria. Sus equipos técnicos –lo último en el mercado– y el ‘software’ más avanzado se ponen a disposición de instituciones y particulares, a quienes ofrecen inspecciones acústicas y mediciones para cualquier situación que lo requiera.

Precisamente es la administración pública, y más concretamente los ayuntamientos, uno de los principales objetivos de Unison. “Ofertamos a las corporaciones locales un servicio integral, que va desde el asesoramiento técnico hasta la formación, la elaboración de mapa de ruidos o inspecciones acústicas”, explica Puga, que admite que ha habido un cambio de conciencia en los últimos años sobre la importancia del ruido, acelerado también por el desarrollo de una normativa específica.

Y es que la ley obliga ya a acondicionar todos los locales de ocio, los nuevos edificios de viviendas y los propios municipios para evitar las molestias del ruido. Por eso, y a pesar de que aún faltan recursos en ayuntamientos pequeños, cada vez son más necesarias empresas como Unison. Puga asegura que la capital granadina es una de las que más se ha adelantado a la entrada en vigor de la normativa.

“El de Granada ha sido un ayuntamiento pionero en Andalucía en elaborar un mapa de ruidos”, afirma. Ese mapa localiza las principales fuentes de molestias y ofrece un posterior plan de acción, con medidas correctoras como desviaciones de tráfico o instalación de pantallas acústicas. Porque es precisamente el tráfico de vehículos uno de los principales problemas, sobre todo en las ciudades.

“Sus habitantes acaban acostumbrándose y perciben el permanente ruido de fondo como algo normal, pero es lo que más contamina acústicamente”, señala Puga, que lamenta, no obstante, que eliminar esa fuente de ruido “supondría medidas correctoras caras y difíciles de aplicar, sobre todo con el modelo de transporte que tenemos en la actualidad”. Casos curiosos. Pero Unison también trabaja para particulares. Realiza estudios acústicos de bares y discotecas, de centros de trabajo, de viviendas de nueva construcción que deben cumplir con el nuevo código de edificación, de todo aquel, en fin, que demande sus servicios.

Y los hay de todos los tipos. “Tenemos casos muy curiosos, como el de un señor que pidió una medición porque le molestaba el ruido de sus vecinos mientras mantenían relaciones sexuales, o el de otro cliente al que perturbaba el sueño el sonido del váter de la casa vecina”, recuerda. Al margen del trabajo diario, la empresa también desarrolla investigaciones propias en sus instalaciones del BIC.

“Unison tiene sus raíces en la UGR, por eso no queremos perder nunca la vertiente investigadora”, dice Puga, que, junto a sus otros tres compañeros, trabaja ahora en un proyecto de acondicionamiento acústico de oficinas, “con el que pretendemos mejorar el ambiente laboral de los centros de trabajo”. Diversas aplicaciones de la más avanzada técnica para luchar contra un único objetivo: el ruido.
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